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La Torreta y La Vereda
Pulse para ampliarTinadas en la Dehesa. Al fondo, la Cabeza de San Pedro.168 KbSubir a la Torreta, además de hacer cierto ejercicio, recorriendo la distancia que separan la cima de la plaza Mayor, supone, la posibilidad de dar uno de los paseos que nos permitirán llevarnos de Cañete, uno de los mejores recuerdos. Para disfrutar del recorrido, sugerimos se haga la totalidad a pie, aunque dejamos nota que, en parte, se puede hacer en vehículo.
La propuesta de recorrido es partir desde la plaza Mayor, donde podremos abastecernos del agua de la fuente, en la que manan dos tipos de agua por sus caños; uno de la red general y otro de la misma agua sin clorar que abastece la fuente del Chorro. Bajar por la calle Real, desviarse a la derecha por la calle de la Iglesia y desembocar en la confluencia de la calle de la Virgen con la plaza del Palacio, pasar delante de la puerta de la iglesia y por Polo y Peirolón llegar a la N-420. Giraremos a la derecha, dirección Cuenca y cruzaremos el puente del Tinte, desde donde podremos admirar la combinación de las casas del Postigo con la fortaleza coronando el fondo. Seguiremos después de cruzar el puente, por la acera hasta llegar al punto kilométrico 500, situado a los pies de la Hostería. Girando a la derecha subimos una cuesta en cuyo margen derecho hay una fuente de troncos de pino vaciados y enlazados, formando un itinerario para el agua que la deja caer al margen de la acera que nos ha llevado al lugar. Nada más pasar la hostería, giramos a la izquierda y comenzamos la ascensión a la Torreta. Después de hacer los primeros 200 metros de encosterado camino, propiamente dicho, hemos de girar a la derecha, cr5uzando una cadena que impide el paso a vehículos. Hemos de quedarnos con el punto en la memoria, ya que la extensión de la ruta “La vereda”, nace en éste lugar.
De aquí en adelante, nos servirán de referencia los puntos del “vía crucis” instalados a la parte alta del camino y que tienen su fin en la plaza de la Torreta.
Llegados a la plaza, el camino termina y, una serie de sendas trazan los recorridos y miradores que nos permitirán disfrutar de vistas del castillo, de la villa y del valle de Cañete.
En la montaña anexa a la Torreta, ahora cubierta de pinos y sabinas de reforestación, hay vestigios de la existencia de una ermita, San Cristóbal; formaba parte de la red de iglesias y ermitas que en el medievo existían en la villa. Terminada la visita, volveremos por donde hemos subido y, en la curva que señalamos antes, donde está la cadena, hemos de girar a la derecha, ascendiendo hasta culminar un collado que se encuentra en un pedregal donde hay unos nogales. Enseguida destacará ante nosotros la silueta de la Cabeza de D. Pedro. Hemos de seguir el camino de la derecha, que nos situará en condiciones de avistar el castillo. Por la izquierda veremos en un pelado una senda zigzaguear, buscando los pinos y la cresta de la vereda. Nuestra ruta está trazada bordeando la cresta de la montaña que nos acerca a cada paso a “La Cabeza” y nos ofrece amplias vistas en un sentido circular. Es un típico lugar de pastoreo y en el que encontraremos salgaduras (piedras planas donde se servía a las ovejas la sal). Podremos dar por terminada la ida cuando lleguemos a una vieja teña (aprisco), ya sin tejado, y volver hasta la hostería, girando esta vez a la izquierda, cruzando el puente y pasando delante de la ermita, para saciar la sed en la fuente del Chorro y entrar en la villa por la puerta de la Virgen.