RUTA 1: "De Puente a Puente"


3,5 Kilómetros. Dificultad baja

Un plácido paseo que comienza en la Puerta de la Virgen. El arco pendiente de restaurar, nos deja salir para beber agua en la fuente del Chorro; será nuestro aprovisionamiento del preciado líquido en éste y otros recorridos que comenzaremos aquí. Nada más beber agua del fresco chorro que llena el primer pilón, nos fijamos en el segundo, tallado (vaciado), de una sola pieza de piedra caliza procedente del Gorgocil, antigua cantera a 2,3 km. y lugar que visitaremos en otro paseo. Los dos pilones, servían de aprovisionamiento doméstico y bebedero de caballerías en otros tiempos. El primero hubo de quedarse pequeño en algún momento de la historia, por lo que se añadió uno mayor de piezas compuestas que pasó a desplazar al antiguo a un segundo plano. Hoy forman un “tandem perfecto”.

Giramos al este y a cien metros nos encontramos la ermita de la patrona: la virgen de la Zarza, que da nombre al arco y a la zona.

Seguimos nuestro recorrido y, nada más pasar la ermita hemos de cruzar el puente por donde salta el agua que forma la cascada del Pozo de la Horca. Su música y su visión inspiran antiguas historias sobre milagros y muertes.

Los huertos nos escoltan a uno y otro lado de la callejuela que nos conduce hasta la carretera.

La alegría del paisaje y los variados árboles nos harán compañía hasta la fuente de troncos que hay donde comienza la subida a la Torreta. Cruzamos la carretera y nos dirigimos al camino de la vega de abajo. A 1 km. de distancia se encuentra el primero de los dos puentes que nos darán el permiso para poder terminar nuestro paseo. Desde aquí seguiremos el camino que nos conducirá en sentido contrario al recorrido del agua, por la fresca ribera del río.

La pista, que también se puede recorrer en bicicleta, baila con el cauce un vals continuo de vueltas y revueltas, dejándonos ver de cuando en vez, el agua del río que pasa más honda. Los chopos, los nogales, las sargas, los espinos, los frutales y otros muchos árboles, traman una red de sombras que cubren gran parte del recorrido, haciendo que, el tramo.

Puede que la fortuna nos sonría, y seamos testigos durante el recorrido, de la presencia de algún animal difícil de ver en otros lugares, ya sea comadreja, tejón, y, hasta algún jabalí que ha bajado a la huerta para darse un banquete. Si el recorrido se nos hace largo, a 1, 7 km. del puente encontraremos el pontón del campillo, que recortará nuestro paseo final en unos 800 m. para ello, habremos de cruzar el pontón de madera y subir al pueblo por el camino del cementerio. De lo contrario continuaremos hasta el puente de la vega de arriba, donde la sombra de los chopos se “casa” con la del nogal que hay justo frente al puente, invitándonos a demorarnos en el tiempo bajo su protección, antes de continuar hasta el pueblo, que nunca habremos perdido de vista del todo.

Hay dos momentos o épocas solemnes para hacer este recorrido. Una es, cuando las amapolas colonizan los sembrados de cereales. Otra, cuando el otoño viste los chopos de la ribera de ocre y amarillo. Nosotros sólo hemos de elegir el momento más apropiado para el espíritu.