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Senda de los Abrazos
Es ésta una corta ruta que, sin emplear demasiado tiempo ni esfuerzo nos resultará agradable y reconfortante, tanto para el cuerpo como para el espíritu.
Partiremos desde la fuente del Chorro, tras el arco de la puerta de la Virgen, sin dejar el lateral de las murallas torceremos a la derecha, subiendo la pequeña cuesta que nos conducirá hasta el puente de San Roque que, a doscientos metros encontraremos por nuestra izquierda. Nada mas cruzar el puente y girando a la izquierda, una pequeña senda que nace entre el edificio del viejo molino y la montaña nos ofrecerá un tentador paseo. Es una senda fresca y llana que, trazada sobre el cauce entubado del agua de riego, nos permite escuchar en los dos tercios de su recorrido el rítmico canto del río. Entre pinos, chopos y algún cerezo, nos iremos deleitando con las imágenes que nos ofrece la vegetación. Algunos viejos árboles son colonizados por plantas trepadoras que, envolviéndolos en un abrazo, no sabremos determinar si es fraterno, de amor o, mortal. Hay que fijarse en la colonización que los tallos de hiedra han formado en una pared que forma la risca por la derecha, a poco de comenzar el recorrido; su aspecto es verdaderamente curioso.
Tras girar a la izquierda, y sortear unos troncos, la senda llega a otra risca, base de la Torreta que, estrecha el recorrido y que tras cruzarla, se abre el paisaje a unos huertos escalonados que por la izquierda, ocupan el espacio entre el puente y nuestra posición. Si la vegetación no lo impide, veremos el arco, la fuente y la ermita. A unos cien metros hemos de girar a la izquierda, bajando por el trazado de una reguera que, entre árboles se arroja al camino de las callejuelas, para buscar nuestro punto de partida.