Hemos de salir por la carretera N420 con dirección a Teruel, hasta el empalme de Tejadillos y Zafrilla a 7 km. en el Rento de Peñarrubia. Setecientos metros más adelante hay una curva a la derecha muy cerrada, por la izquierda sale un carril que, ascendiendo ladera arriba y nos conduce por 2,3 km. de mal camino, hasta el rento o caserío de la Peña del Toro. Hay otra posibilidad, el camino natural más corto, el que los renteros siempre practicaron y que nacería en la revuelta de minuto, junto a la casilla hundida de peones camineros, pero la senda está perdida y es impracticable por estar cubierta de aulagas.
Ya en el rento, podemos admirar con cierto detalle, si nos fijamos en las ruinas de las construcciones, los campos, los frutales asilvestrados y la orografía del terreno, las condiciones en las que los renteros vivían en estos lugares. No difieren demasiado las posibilidades de éste, con las del resto de rentos de la comarca, a no ser que el abrigo y la altitud de uno u otro lugar, les facilitara disponer algún recurso más o menos. En el caserío vivían tres familias, tiene la peculiaridad de ser el último que se habitó en la población.
La siembra de cereales y el ganado ovino era su principal medio de subsistencia. Las gallinas, los conejos y el engorde de algún cerdo completaban su abanico proteínico.
Si la vida era difícil en las poblaciones, en los rentos, las manufacturas llegaban con cuentagotas, por lo que la inmensa mayoría de productos se los tenían que confeccionar ellos, de la misma manera que se hacían tantos días el pan.
Si optamos por seguir por el carril que nos ha conducido hasta el rento, llegaremos hasta la ermita de la virgen de Altarejos en Campillos Sierra; 5.400 m. más adelante se encuentra la población y, desde Campillos hasta Cañete hay 7, 8 km. de carretera. Si estamos capacitados, nos resultará tremendamente agradable hacer la totalidad del recorrido.
